Entre farolillos, bajo el cielo albaicinero más embaucador, y con la Alhambra mecida al son de la noche de verano más apacible. Ayer sentadita en una silla de eneas, de la Peña de la Platería, me parecía oír a sus entornadas patas decirme… ¡Prepárate a sentir como el más puro arte flamenco acaricia tu corazón!
Y estando yo en esa conversación propia de mí, de repente se apagaron las luces, sonó la guitarra, se alzó el cante más desgarrador y apareció en el escenario un corazón lleno de pasión.
Su figura al andar, su figura al mirar, su figura al bailar, llenó de alas el alma de todos sin excepción. Con su baile peinaba el aire cortado por la emoción. Con sus manos dibujaba versos de llanto y amor. Como una fuente albaicinera nos hizo beber del manantial de su inspiración.
Su joven corazón, se unía al tablao que pisaba, por unas piernas que por tarantos y solea, clavaban el sentimiento más sacramontano a la tierra que la vio nacer.
Su cintura se plegaba a los acordes del llanto de la guitarra y sus ojos volaban como luceros que buscan la herencia de su casta. Y entre giros y giros rociaba la fuerza más arrolladora por los volantes de su falda.
La hembra más gitana conseguía que el mundo se parara y que el lenguaje del sentimiento invadiera como un sueño el escenario que ella llenaba. Alba Heredia Heredia con tan sólo veinte primaveras sacramontanas, paseó ayer el poder de emocionar con su arte, por la noche más flamenca de la peña más gitana.
Y me recosté en mi silla de eneas y sentí como el arte más flamenco, esa noche llena de magia, acarició las alas de mi corazón…!!!
Artículo escrito por Coco Rebollo
amisuraluxury 
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