El Huerto de Juan Ranas, si tu me dices ven lo dejo todo…

       Viernes, Julio, noche, luna…mi socia y yo nos dirigimos a visitar uno de los lugares más mágicos del mundo. Con nuestro Fiat500 callejeamos por el centro de nuestra veraniega Granada, llena de turistas, que revolotean alegres, inquietos y sedientos de conocer los secretos que encierra la ciudad del embrujo.

        Aparcamos el coche y buscamos un taxi para que nos suba al paraíso… ¡Por favor al Huerto de Juan Ranas, lo más rápido posible, que vamos justas de tiempo…!. A las 22:30h tenemos reservada mesa, queremos conocer de primera mano, como siempre, lo que vamos a ofrecer a nuestros amisuritos, en una de nuestras mejores Luxury Experiences.

       Comienza la experiencia desde Plaza Nueva. Y sentimos el vaivén que nos mece sobre los adoquines del Paseo de los Tristes, un paseo que no puede ser el de la tristeza…, pero quizá sí, el de la belleza. A Nuestra derecha, el Rio Darro transcurre refrescante, acariciando con sus cristalinas aguas las laderas de la Alhambra. Desde su atalaya, majestuosa se deja fotografiar y los viajeros hechizados, en las tentadoras terrazas, disfrutan de una refrescante cerveza.

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    Llegamos al Albaicín, barrio de príncipes moros y el taxi nos deja en la misma puerta de nuestro destino. Una tapia blanca, anfiteatro del edén, oculta la mismísima gloria. Cruzo el portón de madera, siento el empedrado granaíno bajo mis pies, olor a jazmín, galán de noche y brisa albaicinera, todo me va envolviendo. Y de repente alzo la mirada y por un momento siento que no respiro, se me para el corazón, lo más bello llena mis ojos… Casi puedo tocar la Alhambra, iluminada y sugerente, que como castillo de arena, parece fuera a desaparecer en cualquier momento…

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 Antonio, encargado de lujo, me despierta de mis cavilaciones con su cálido saludo, y nos conduce por los salones del más cautivador restaurante, en el que cada rincón es un espacio envolvente.

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Con una sonrisa nos señala nuestra mesa… Me giro, miro y es tal la fascinación que siento, al ver el lugar que nos ha preparado la Reina del Albaicín, que mis ojos se humedecen y entro en estado de catarsis… ¡Si esto continúa así tendré que recibir asistencia médica…!.

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Como el más pictórico cuadro aparece, en un pequeño porche con adoquines de barro, entre enredaderas y con la Alhambra de telón de fondo, una recoleta mesa decorada con las más hermosas flores del Huerto de Juan Ranas, chispeantes velas, reluciente cubiertos y envolvente mantel. ¡Si te sientas ya no querrás volver a levantarte, te atraparé y tu mundo ya será sólo éste….parece susurrarme!.

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 Y ya sentada, ahora mis sentidos gustativos comienzan a despertar y una bendición de platos van pasando, en un ir y venir de sabores que hacen honor a este exclusivo espacio, en el que se sirven: melón con foie caramelizado, buñuelos de patata y bacalao con tempura negra y lactonesa dargán, ensalada de canónigos y perdiz, ventresca de atún a la plancha con salsa cordobesa, solomillo de buey con cornetes de setas y pequeños toques de espuma de hongos y todo regado con los mejores caldos… Mi socia y yo sencillamente nos sentimos las viajeras más privilegiadas…como poder explicar ese helado de hierbabuena donde toda la esencia de su olor, sabor, tacto se  puede tocar a través del paladar, puro lujo!!!.

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Bajo la luna y una parra de la que cuelgan los más sabrosos racimos de uvas, voces flamencas nos llegan.

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Una guitarra se afina y comienza un festival de melodías del magistral grupo Dando el Cante, que reunidos entre amigos, comienzan a cantar en el porche contiguo.

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Todo es posible en Juan Ranas, todo es posible frente a la Alhambra… “Si tu me dices ven lo dejo todo, si tu me dices ven, si tu me dices ven…”. Guitarra, Alhambra, embrujo, el cielo está aquí…

 Y aparece la reina del Albaicín, María Angustias del Castillo Toro, podría arrodillarme ante su llegada, lleva grabado en el brillo de sus ojos toda la magia que allí se respira, la fuerza y la raza de un barrio que la vio crecer. Sigue siendo su hogar y eso es lo que me hace sentir, que estoy como en casa… Nos abraza con la fuerza, que sólo alguien que es todo corazón, puede hacer y nos conduce hasta la mejor de las fiestas flamencas.  Y allí delante de su Alhambra, baila nuestra anfitriona, y hasta la luna cambia de color cuando ella taconea sobre su terraza…una luna rosada, la que describió Ganivet, aparece de repente y la mira y sucumbe ante semejante casta. Y yo, ya no sé que esperar más, que más esperar en esta noche de magia.

 Y siento que me he enamorado otra vez…de la brisa, del arte de esta Granada, de la Alhambra, de la belleza indescriptible de un lugar como El Huerto de Juan Ranas, donde todo se detiene y los duendes de lo verdadero se reúnen, para conseguir que recuerdes que la vida es un regalo lleno de sabores que no nos podemos perder….si tú me dices ven lo dejo todo Juan Ranas.

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Escrito por Coco Rebollo
Conocer más en http://www.amisura.es


2 respuesta a «El Huerto de Juan Ranas, si tu me dices ven lo dejo todo…»

  • Yolanda Marquez Torner

    Soy de Barcelona y mi nombre es Yolanda. Yo también lo dejo todo si tu me dices ven….. Precioso comentario de Granada, de la Alhambra, del Albaicin y por supuesto de El Huerto de Juan Ranas donde nunca dejamos de ir siempre que vamos a esa maravillosa ciudad. Gran mujer y gran persona Maria Angustias a la que tenemos la gran suerte de conocer. La primera vez que pise Granada sentí todo tal cual lo describes, y nunca ha dejado de ser así cada vez que he vuelto. Granada tiene un embrujo que te enamora y cada rincón de esta tierra te roba un pedacito de corazón.

    • amisuraluxury

      Muchas gracias Yolanda por tu amable comentario. Los lugares llevan la esencia de quienes los dirigen y el Restaurante Huerto de Juan Ranas transpira en cada rincón la magia y sensibilidad de sus propietarios. Vuelve pronto a Granada!!!!

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